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Tiempos de reflexión y cambio

Si en algo estamos casi todo el mundo de acuerdo es que estas elecciones europeas han supuesto un antes y un después en el panorama político. Aunque no se pueden extrapolar datos de unas europeas a unas generales y mucho menos a unas municipales, es conveniente reflexionar sobre sus resultados.

Sin entrar en datos y estadísticas, hay algunas conclusiones que se pueden sacar de todo esto. La primera de ellas es el batacazo que se ha llevado el bipartidismo (pero un batacazo pequeño porque, como me recordaba ayer mi hija, el PP ganó las elecciones con un machista al frente y ¿cuántas mujeres le votaron?). El segundo, la atomización del voto y el tercero la polarización del mismo. Frente a los dos partidos mayoritarios que pujan por un un espacio de centro, claramente inclinado a la derecha, surgen a un extremo y otro nuevos partidos que  buscan la identificación con la izquierda y la derecha. Lógicamente, como a la derecha del PP queda muy poco espacio, la subida impactante, y la que nos toca, ha sido de la izquierda.

He de ser sincera. En un principio Podemos me pareció un proyecto más de los han surgido (Izquierda Anticapitalista, Equo, etc…) pero los resultados me hicieron ver que estaba equivocada. Si bien es cierto que ahora tienen que terminar de definirse, desarrollar sus propias contradicciones internas y asentarse, Podemos ha sido un éxito. Han sabido llegar e ilusionar. A las pruebas me remito. Estos dos días en twitter he llegado a tener empacho de Podemos. El podemos inicial se conviertió en un ¡joder, pues pudieron!. Más allá del hartazgo, la sensación fue de rabia y la eterna pregunta que creo que nos hemos hecho casi todo el mundo ¿por qué ellos si pudieron y nosotros no hemos podido? Pregunta que debe hacerse honesta y sinceramente Izquierda Unida.

Podemos como tal, es parte del fracaso de IU.

Que surjan otros partidos que compitan por el espacio electoral en el que históricamente te mueves es un rotundo fracaso de una izquierda que quiere ser aglutinadora y que tiene como mandato la construcción de un gran bloque social.

Que ese partido de un aire fresco a la política, que ilusione, es otro fracaso. La sociedad está pidiendo a gritos otra forma de hacer política. El otro día lo definí de esta manera. La sociedad quiere que el político viva la calle y que no la cite en su despacho. Se quiere transformar la democracia representativa en una democracia directa. Las estructuras del sistema liberal están tocadas de muerte, y como aquel mayo del 68, se reclaman otras formas. Ya no sirve la manera en la que tradicionalmente se había hecho política.

Otra cosa que ha traído Podemos es la profesionalización de la política frente a los políticos profesionales (a los que llaman casta política). Lo primero es fácil de mantener. Las cabezas visibles son politólogos, gente cuya profesión es la del análisis y asesoramiento político. Lo segundo es complicado de mantener en el tiempo pero de momento ya ha dado sus primeros frutos: la identificación del elector con su representante. El espejo en el que se mira una sociedad preparada y precarizada.

Es tiempo de cambio. No podemos quedarnos en los seis diputados obtenidos (que supone un gran avance y no reonocerlo un desprecio a quien nos ha votado). No podemos culpar al empedrado, a la presencia mediática de los líderes de Podemos, a su populismo (que per se no es malo, solo cuando se combina con demagogia) o sus necesidades yoícas.

No podemos quedarnos solo en lo electoral. Sinceramente la caída del bipartidismo me deja fría, sólo me interesa porque se acorta el espacio para la conquista de un cambio político profundo, pero … ¿cuántos escaños nos quedan para cambiarlo desde dentro?

Tampoco debemos hacer exaltaciones triunfalistas. Seamos sensatas. Seis más cinco (me gusta más que el seis frente a cinco que leo a menudo) son una insignificancia frente a todo lo que nos rodea, frente a todos los ataques que padecemos y los recortes que sufrimos. No hemos triunfado porque no sabemos si ese aumento ha traído a gente descontenta que mira las protestas desde el sofá de su casa, o es un voto de castigo puntual a los partidos mayoritarios en unas elecciones en las que la gente cree que no se juega nada.

Hay que cambiar, romper las viejas estructuras arcaicas, amoldarse a una parte de la sociedad que pide cambios y atraer a otra parte que sigue perpleja ante lo que está pasando.

 

PP, PSOE y desahucios

Democracia representativa:

Sistema en el que el pueblo cede su soberanía a unos representantes para que defiendan sus intereses en el Parlamento. El poder radica en el pueblo y quienes lo ejercen lo hacen mediante delegación.

Despotismo:

Sistema absolutista y patenalista en el que un grupo de personas gobiernan encomendándose sólo a la razón y los intereses de su clase estamental. Su lema  “todo por el pueblo, pero sin el pueblo”

Antecedentes:

Las personas desahuciadas hace años se constituyeron en Plataforma, La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), ante su situación de vulnerabilidad, la indefensión ante los bancos y la negativa del PSOE y el PP a solucionar el problema. La PAH ha conseguido mediante la acción social parar más de 500 desahucios, alquileres sociales y dación en pago para numerosas familias. Actualmente mantiene la recogida de firmas para una Iniciativa Legislativa Popular con la que se quiere regular por ley  lo que mediante la protesta y negociación están consiguiendo para casos puntuales. Piden que se aplique la retroactividad de la dación en pago en todos los desahucios.

Titulares:

El PSOE y el PP se reúnen  para solucionar el problema de los desahucios.

Noticia:

El PSOE y el PP no se reúnen con la PAH para solucionar el problema de los desahucios, lo que lleva a la conclusión de que quieren solucionar el conflicto social provocado por los desahucios pero no el problema de las personas desahuciadas o en vías de estarlo.

Pregunta:

¿En qué sistema político estamos?

Mítines y Cayo Lara

Estoy siguiendo con atención la campaña electoral, no aquella que nos venden como espacios de marketing dentro de los medios de comunicación, tampoco aquella en la que proponen como recetas novedosas las mismas que llevan años aplicándose y que nos han llevado a una crisis estructural de nuestro sistema. Sigo con especial atención la campaña de Izquierda Unida y en especial la de Cayo Lara.

Tengo que decir que no era una entusiasta de Cayo pero me ganó en el mitin que dio en Cercedilla, que además fue el primero de la campaña.

El concepto mitin ha cambiado mucho en la era de las TIC. Las personas ya no necesitamos acercarnos a ellos para escuchar el programa, lo que proponen y lo que se critica. Los mítines ahora son contemplados como una exaltación al líder y una demostración de fuerza o debilidad ante los contrarios. Hace años fui a un mitin de Felipe González, quería escuchar de viva voz al que para mí era uno de los mejores oradores de este país y “un animal político”. Salí decepcionada. Más que un mitin parecía una arenga con su panda de “grupies” aclamando al líder. Ovaciones, aplausos, movimiento de muñecas meneando banderas del partido y un discurso entrecortado. La imagen no era muy distinta a la que se puede ver en un partido de fútbol y por supuesto, no era el concepto romántico de mitin que yo tenía. Después de eso, creo que no volví a ninguno hasta el de Cercedilla.

Con Cayo pasa todo lo contrario. Las personas (que pueden) toman asiento y están dispuestas a escuchar. Cayo te transporta, te envuelve. Sus mítines no son mítines, son conferencias, lo que lleva a ver a un auditorio ensimismado en un discurso que desborda contenido y en la claridad de ideas que manifiesta. Con él recuperamos el concepto del  político clásico, alejado y apartado de la era del marketing y consumo. Recuperamos ese político coherente, honesto, íntegro, que lucha por lo que cree y que lo explica en tono didáctico, no para convencernos como hace la publicidad y como hacen el resto. El tono didáctico te invita a la reflexión crítica, al entendimiento y al respeto.

No me interesa la Gürtel

Pensaba terminar hoy el post que tengo medio hecho por las concentraciones que se están planeando contra la impunidad franquista (porque de la Gürtel, más allá de saber que han robado del dinero de todos para quedárselo los ricos poco más me interesa) pero al final hoy voy a hablar de corrupción, política y del paisanaje que puebla la misma.

La Gürtel no me interesa, quiero decir, que no me interesa saber quien ha robado más, la fianza que les ponen a cada uno, si a uno le compraban trajes y a otros relojes o lo que opinan del tema Rajoy, Cospedal o los de Filesa. El tema no es ese. El tema es que utilizan lo público en beneficio de intereses privados y que roban lo que aportan los pobres para quedárselo los ricos.

El resto es el Salsa Rosa de la política, la deslegitimación de la misma y un juego en el que creo, los demócratas y los que nos creemos la política no deberíamos entrar, porque es entrar en su juego con el que no estamos de acuerdo.

Hablemos claro, aquí hay unos chorizos que se han metido en política por intereses personales, particulares y de poder. Eso ya es denunciable. La política es para quien se la cree, es un medio de tranformación y no una herramienta a manos de unos pocos para su satisfacción personal. Pero si algunos y algunas no se conforman con el prestigio que les da la política y en esos intereses particulares, personales y de empoderamiento tienen también un afán de enriquecimiento de manera ilícita la denuncia tiene que ser doble.

Eso es lo que a mi me preocupa. El desprestigio de la política, esa política que hemos dejado en manos de unos desalmados que sólo se preocupan del «yo» y que tienen en un segundo plano o no consideran «el nosotros». Me preocupan esos votantes que en esta democracia representativa ceden su soberanía a quienes creen que mejor les representan: a los del «yo» porque no creen en el «nosotros».

Me preocupa el descreímiento de la política porque los chorizos metidos a ella son los únicos que venden en una sociedad necesitada  de morbo. Me preocupa que los medios de manipulación de masas centren el foco en cuatro impresentables y se olviden de todos los que se están dejando la piel en transformar el mundo. Me preocupa que los grandes capitales metidos a informadores hagan su márketing dando como consumo las miserias de la política y me precupa que la ciudadanía compre el producto sin intentar cambiarlo por algo mejor.

Me preocupa que no nos pongan de ejemplo a Manuel Fuentes, Marina Albiol, Fernando Jiménez y a tantos otros que están siendo acosados y perseguidos por esos impresentables a los que sí se les da cobertura. Me preocupa ver a Manuel, a Marina y a Fernando sentados en el banquillo de los acusados porque quieren devolverle a la política la dignidad que otros le han quitado.

Eso es lo que me preocupa, la degradación democrática.

El concejal de urbanismo de Alpedrete y su bola de cristal

Por el blog de Fernando Jiménez, conocemos que Izquierda Unida de Alpedrete, ha denunciado hoy en rueda de prensa que el concejal de urbanismo, presuntamente, utilizó información privilegiada para la venta de unos terrenos.

Yo no entiendo mucho de eso, pero parece ser que dicho concejal vendió unos terrenos 6 meses antes de presentarse el PGOU en Pleno municipal. Hasta ahí no va mal la cosa. Cada uno con sus bienes puede hacer lo que quiera, el problema es que en el contrato de compraventa se nombra ¡en varias ocasiones! un PGOU inexistente. PGOU, por otro lado, que se publicó 6 meses más tarde en un Pleno Municipal por el propio concejal de urbanismo que es el que lo promueve.

Yo creo que el concejal de urbanismo de Alpedrete tiene una bola de cristal que precide lo que va a suceder con una antelación de 6 meses, es la única explicación que tengo. Además, también es entendible que el concejal de urbanismo no conociese, los planes de urbanismo de su municipio.

Que no se nos olvide, ha sido IU quien se ha estudiado el PGOU, ha sido quien lo ha analizado, estudiado, investigado. Y lo ha hecho IU, una fuerza política minoritaria, no lo han hecho otros partidos en la oposición pese a triplicar el número de concejales.

PD: Los comentarios en el blog de Fernando.

¿Qué es la izquierda?

Hoy ojeaba un estudio que la revista Temas ha sacado. Estudio, que desde mi punto de vista es interesante porque no sólo analiza el voto real con la intención de voto, también analiza el posicionamiento del electorado respecto a su opción política y el resto de opciones políticas y cómo sitúa a los partidos políticos, desde su perspectiva, en esa escala ideológica.

 Los resultados que salían de IU, sin haber entrado en el detalle de la investigación, manifiestan un conflicto ideológico interno importante. Por un lado la mitad (no recuerdo los número pero esa es la tendencia) de los electores se sitúan ideológicamente en las mismas posiciones que sitúan al PSOE y por otro lado, la otra mitad, se sitúa en posiciones mucho más extremas. El cómo nos ve la gente es más o menos similar. Y en por qué no nos votan sale algo parecido. Más o menos la mitad nos ve como un sucedáneo del PSOE y la otra mitad nos ve excesivamente radicales en nuestros planteamientos. Tenemos, por lo tanto, una clara división interna (desde el plano ideológico) que se convierte, desde mi punto de vista, en una indefinición constante en sus políticas y en una falta de estrategia en asuntos relevantes y que se traduce en una alternativa poco o nada clara.

 Las dos tendencias internas claramente delimitadas y muy visibles, a las que muchos llaman familias o grupos de presión por el poder no son más que el mantenimiento de un equilibrio ideológico interno muy difícil de gestionar desde un punto de vista organizativo. Muchas veces hemos oído que en IU no ha debate político. Tal vez es que no puede haberlo, o tal vez, muchas veces nos perdemos en lo ideológico para olvidarnos de los asuntos concretos.

 En ese paraguas, en el que parece que todos a la izquierda de un PSOE cada vez más liberal tienen cabida, habrá que buscar puntos de encuentro para darle uniformidad a la política, o bien… hacer dos paraguas para abarcar, desde una perspectiva de izquierdas, a todo el abanico electoral que hoy no tiene opción política. Las dos opciones parecen suicidas si a lo que se aspira es a tener presencia institucional. La primera porque la gestión del conflicto siempre ha sido complicada y casi me aventuro que a decir imposible y la segunda porque se renunciaría a tener presencia institucional y mucho más con la actual ley electoral.

 Parto de la base de que no sirve todo lo que se sitúe a la izquierda del PSOE, porque con la tendencia del PSOE a la derecha, lo que estamos permitiendo es la entrada de posiciones más liberales que socialdemócratas y convirtiendo la organización no ya en un enjambre, sino en una amalgama de lo insólito. Me explico. El centro no existe como tal, simplemente es la media ideológica de la población. En una escala ideológica de 1 a 10, parece razonable que el centro se sitúe entre el 4 y el 6. Si la tendencia del PSOE es ocupar cada vez más posiciones a la derecha, el centro que marcan los dos grandes partidos estaría entre el 7 y el 5 (a poco) y por lo tanto, el espectro de la izquierda sería cada vez más amplio y mucho más indefinido. Viendo las posiciones de lo que tenemos a nuestra derecha, me asusta lo que se sitúe simplemente a la izquierda y nos llevaría a redefinirnos (como ya ha pasado) una y otra vez pero ahora y, cada vez más, con un espectro más amplio de lo que es la izquierda, pero y por lo tanto, con unas posiciones ideológicas cada vez más indefinidas.

 Lo primero que se debería hacer es buscar los puntos para mantener el equilibrio partiendo de la base de que IU es ante todo y para todo un movimiento político con una clara vocación de clase y no un partido político de izquierdas. IU es la presencia institucional de los movimientos sociales. Pero… ¿nos interesa estar en todos los movimientos? No, sólo en aquellos que se arraiguen en un posicionamiento de lucha de clases. No todos los movimientos quieren una presencia institucional y no todos están fundamentados en la teoría del conflicto social.

 Esos deben ser los puntos de arranque: movimiento (que es acción) de clase y esta debe ser la base del equilibrio que nos una a todos los que queramos estar dentro y que marque las diferencias con los que están o quieran quedarse fuera.

La Refundación de La Izquierda

Izquierda Unida ha dado ya el pistoletazo de salida para la Refundación de La Izquierda. El próximo sábado día 28 de noviembre, a las 12 de la mañana estamos convocados a un acto por la Refundación en el auditorio Marcelino Camacho en la sede de Lope de Vega de CC.OO.-Madrid. También se ha hecho público un manifiesto para difundir entre las distintas sensibilidades de La Izquierda que estén en contra de las políticas neoliberales a las que nos tienen acostumbrados los distintos gobiernos de turno y que demanden políticas sociales y comprometidas con la igualdad del ser humano, la lucha contra la pobreza y por los derechos humanos.

Este acto del sábado 28 es el primero de una serie de foros públicos y de debate que se abrirán en las todos los barrios y localidades de todo el Estado con el fin de coger las aportaciones de la ciudadanía para así constituir una Izquierda fortalecida y que ayude a corregir posibles errores del pasado. Es el momento de la militancia de base, de esa militancia de los movimientos sociales, de los medios alternativos, de la izquierda fragmentada. Es la hora de darle voz al pueblo, es la hora de la democracia participativa, esa que reclamamos y que ahora La Izquierda, quien sinó, nos ofrece.

Democracia… ¿lo cualo?

Estos días se está hablando mucho de democracia, que si democracia esto, que si democracia lo otro, que si democracia lo de más allá. Todos parecemos encantados con la democracia, o lo que denominan democracia. Parece, y así lo han querido, que la acepción del término democracia es aquella que permite depositar el voto en las urnas cada cuatro años para decidir quien tiene que decidir por nosotros, es decir, democracia es un mero trámite administrativo.

 Ahora yo pregunto… ¿qué es la democracia? porque me da que es algo que no tenemos nada claro.

Democracia es el sistema que permite que cualquier ciudadano acceda al poder. (desde mi punto de vista la definición más acertada de democracia)¿permite nuestro sistema acceder al poder a cualqueir ciudadano? ¿a qué poder? No, no lo permite. Determinados poderes siguen siendo de castas. ¿tiene el hijo del obrero las mismas oportunidades que la hija de Botín o que el hijo de Juan Carlos?

Democracia es un sistema de soberanía popular. ¿tiene el pueblo la soberanía? Pues no, no la tiene, además hay determinado pueblo cuyo peso soberano no es el mismo que el de otra parte de ese mismo pueblo. Mi voto no vale lo mismo que cualquera de los vuestros. Esto para mí no es un sistema democrático.

Democracia es un sistema basado en el equilibrio de las fuerzas, en la justicia, en la igualdad. ¿es nuestro sistema justo, equilibrado e igualitario? Pues me da que no lo es cuando unos viven estupendamente y un 30% de la población en España, porcentaje mucho más elevado en la mundial, viven en los umbrales de la pobreza.

Democracia es un sistema que permite le libertad de expresión y el derecho a la información. ¿permite esto nuestro sistema? pues tampoco, porque entre otras cosas, los medios de comunicación están en manos de las castas que tienen el poder y por lo tanto, limitan el derecho a la libertad de expresión de otros pensamientos que no le son afines.

Democracia es acción, participación ciudadana. ¿es nuestro sistema democrático? Democracia no es un mero trámite administrativo que se ejerce cada cuatro años.

Democracia es libertad. ¿somos libres? Una sociedad preocupada por la conciliación de la vida laboral y familiar no es una sociedad libre, es una sociedad que vive en un régimen de semiesclavitud. Amén de ser esclava de su hipoteca, hipoteca que se adquire para cumplir un simple y llano derecho constitucional,. Una sociedad que declara ilegal al ser humano por haber nacido en el lugar distinto al que se encuentra, no es una sociedad que permita la libertad de movimiento.

Democracia es un sistema que garantiza derechos fundamentales, algunos que he citado y otros que no lo he hecho, como el derecho a la vida. En un país donde 1.000 personas mueren al año como consecuencia de su trabajo y más de 15.000 contraen enfermedades profesionales, es un sistema que no garantiza el más elemental derecho humano: el derecho a la vida, por no hablar de nuestro agonizante sistema de salud público.

Democracia, en definitiva, es el poder de cualquiera, pero en nuestro sistema no todo el mundo tiene el poder de ser “cualquiera”.